La reminiscencia amargusante

domingo, mayo 28, 2006

Tentaciones

Te vi
Festimad: tu rubia ojos claros, preciosa; yo feo, como un buho, gorro cantoso. Me dejaste una goma de pelo. te quiero ver

No vuelvo a coger el 2

Era un dia normal, salia de mi facultad rumbo a mi casa y ví parar un autobús donde nunca paraba, una estación antes, sin pensar en ello entré en él, me dejaba cerca de casa y desde ahí podria andar.

El autobús estaba tan lleno de gente que apenas podia ver por las ventanas por donde iba, pero cuando conseguí mirar no reconocí por donde iba. Intenté recordar los giros del autobus y ubicarme sobre la ciudad, pero estaba perdido. Me bajé en cuanto pude del autobús y caminé desorientado por una ciudad que me era desconocida por completo. Casas altas, casas bajas, nada era uniforme. Pronto creí reconocer el barrio de un compañero de facultad y traté de buscar su casa. No la encontré y me perdí más y más en lo que parecia un laberinto de casas y calles. Estaba tranquilo, sin nervios, hasta que ví a mi espalda, a lo lejos, una sombra. Me seguía.

Aceleré mi paso sin llegar a correr. Todas las casas me parecian iguales, pero de pronto todas cambiaban de aspecto en una sucesión de pulcros cristales de rascacielos y viejas y remodeladas casas unifamiliares. Opté por entrar en una casa con la puerta más grande de lo normal, pero no cerré la puerta. El hombre me seguía aun por dentro de la casa hasta que decidí salir de ahí; otra puerta igual, pero distinta, me devolvió a la calle de nuevo.

Vagué por las calles un tiempo más hasta que alcancé lo que parecian los limites de la ciudad. Allí, desde un alto se dominaba una enorme llanura verde, rebosante de vida, brillante en estas horas finales del dia. Algo me llamó. Detrás de mí, en lo alto de lo que parecia una muralla, apoyada sobre una barandilla estaba ella. Me acerqué a saludarla y de pronto descubrí desde allí un paisaje distinto, tranquilo.. delante de mí encontraba arena de mar, a la que iba a parar una especie de lago, con un paisaje de casas doradas por el sol, con altas torres y borrosas casas al otro lado, un espectaculo hermoso con los reflejos del sol.

Apoyado sobre sus rodillas, sintiendo sus caricias y mirando sus hermosos ojos azules pasé un rato eterno cuando alguien desde detrás la llamó, tanto a ella como al resto de gente que la rodeaba (y en la que habia caido ahora) -. vamos -dijo- la visita debe continuar. La seguí hasta dentro de una especie de museo, a través de un pasillo largo y rodeado de una interminable cola de gente anonima que esperaba algun dia ver lo que yo habia visto. No tenía entrada y los miembros del grupo me ayudaron a conseguirla. La exposición me llamó la atención un cuerno de hongos que salia de una rama de un arbol, en una vitrina que veia una exotica amiga erasmus.

Pronto comencé a pensar en pasar mas tiempo con aquella que me habia dado tanta tranquilidad, y decidí ir a hablar con ella. En ese momento el grupo entraba en una nueva habitación clara y mientras la buscaba esa claridad me rodeó hasta que volví a ver un paisaje familiar.. mi techo desenfocado.. ahí arriba, colgando, me volvió a llevar a la realidad. Un dia más amanecía... solo.